02 noviembre 2006

Los peligros del márketing de la industria farmacéutica.

Los médicos estamos sometidos a una presión permanente de la industria farmacéutica para que prescribamos sus productos. Suelen utilizar un material y una bibliografía, en bastantes ocasiones, tendenciosa y de escaso o nulo valor científico: estudios no controlados, manipulación de gráficas, silencios respecto a efectos secundarios, ocultación de aquellos ensayos clínicos que no son claramente favorecedores y utilización abusiva de aquellos que le son favorables.

Resulta, por ello, cada vez más difícil mantener la objetividad frente a una presión de marketing tan determinante y bien planificada. De otra parte, delante de nosotros tenemos a los pacientes, y sus familias, con sus problemas de salud que demandan soluciones terapéuticas.

Internet ha abierto una “enciclopedia” sobre los distintos tratamientos en donde el control de calidad es totalmente ausente. La información se suele presentar como cierta y no todos los padres tienen la formación suficiente para poder discernir entre la verdad a medias, las mentiras descaradas y las limitaciones de algunas verdades.

Creo que el caso concreto de los psicoestimulantes y el TDAH, la administración sanitaria debería ser más intervencionista. El diagnóstico del TDAH es más que la presencia, o ausencia, de un determinado listados de síntomas o conductas. Si fuera así no sería necesario un especialista, ya que podría ser sustituido por un ordenador que, no solo proporcionaría el diagnóstico, sino que ya podría darnos por impresora la receta.

La presión de la industria farmacéutica para que los pediatras de Atención Primaria puedan realizar el diagnóstico de TDAH y prescribir los psicofármacos, me parece una medida peligrosamente frívola. Yo daría un solo argumento: Sabemos la alta comorbilidad que suele presentarse en el TDAH y para diagnosticarla se necesita de unos conocimientos de psicopatología infantil especializados.

Quiero concluir admitiendo que, si bien la prescripción a veces no está correctamente indicada, también es cierto que hay una cierta morbilidad que aún no está diagnosticada y que necesita de tratamiento.

Dr. Joaquín Díaz Atienza.

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